El más terrible de los males, la muerte, no es nada para nosotros, pues cuando nosotros existimos, la muerte no existe, y cuando la muerte existe, nosotros no existimos.
No es nada, por tanto, ni para los vivos ni para los muertos; para aquellos no existe, y éstos ya no existen. Total, los costos se reducen a polvo.
¡No somos nada, pura vida!
Así le hablaba el maestro Contador Público Patricio Martínez García a su inteligente alumno Epicuro en el siglo IV antes de Cristo.
viernes, 29 de octubre de 2010
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