lunes, 31 de enero de 2011

DIOS

FILOSOFANDO

POR UNGA

FRANCISCO FLORES AGUIRRE



DIOS



Pido permiso primero para no mencionar el nombre de Dios en vano. Lo recuerdo, del latín re-cordis, volver a pasar por el corazón.

Dijo Einstein si A es igual al éxito, entonces la fórmula es A= X + Y + Z donde: X es trabajo, Y es jugar y Z es mantener la boca cerrada. Y además, sin dudar, afirma que hay dos maneras de vivir una vida:

La primera es pensar que nada es un milagro. La segunda es pensar que todo es un milagro. De lo que estoy seguro es que Dios existe.

Y no falta quien le hiciera segunda con el Jazz del poder de la palabra: yo celebro la voz humana, porque yo Eduardo Galeano conté una vez que los indios Shuar, los llamados jíbaros, cortan la cabeza del vencido. La cortan y la reducen hasta que cabe en un puño, para que el vencido no resucite. Pero el vencido no está del todo vencido hasta que le cierran la boca. Por eso le cosen los labios con una fibra que jamás se pudre. Y cuando es verdadera, cuando nace de la necesidad de decir, a la voz humana no hay quien la pare. Si le niegan la boca, ella habla por las manos, o por los ojos, o por los poros o por donde sea. Porque todos, toditos, tenemos algo que decir a los demás, alguna cosa que merece ser por los demás celebrada o perdonada.



Y hoy en el 2001, José Saramago escribió: “Puede que Dios no exista, al menos desde mi punto de vista no existe, pero el factor Dios, eso sí existe. Es contra el factor Dios que yo escribí. Contra Dios es una guerra que no tiene sentido. Yo no sé donde está, y no voy a desarrollar una guerra contra un enemigo –suponiendo que es un enemigo- que no sé donde hallarlo. Pero el factor Dios sí sé donde está: está aquí (se señala la cabeza)”

Yo digo: In principio erat Verbum, et Verbum erat apud Deum. En el principio existía la palabra y la palabra estaba con Dios. La palabra era de Dios. Todo se hizo por ella y no se hizo nada de cuanto existe. Algunos le colocaron un letrero en el madero INRI, y lo tradujeron así: Jesús Nazareno Rey de los Judíos; estaban pensando como el factor Dios, todo es poder. De nuevo INRI, Dios contigo, EN NOSOTROS REINA ÉL, esta es la diferencia donde el templo de Dios es portátil. Dubito, cogito, ergo sum, dudo, pienso, luego existo. Si fallor, sum, si me equivoco es porque estoy aquí. La duda es el origen del saber, es el planteamiento de un problema, para encontrar una respuesta, se lanza una hipótesis, una posible solución.

Y en lo que respecta a los asuntos Divino, la fe no es adecuada. Solo lo es la certidumbre. Cualquier cosa inferior a la certidumbre no tiene valor para Dios, por eso contestó San Agustín: Intellige ut credas, crede ut intelligas, entiende para que creas, cree para que entiendas. De aquí se infiere si no te haces a ti mismo igual a Dios, no podrás percibir a Dios, pregunta ¿O acaso no es tu padre? Por eso yo no creo en Dios, sé que Dios está conmigo.

Ens, unum, bonum, verum, pulchrum et Deus, convertuntur. El Ente, lo uno, lo bueno, lo verdadero, lo hermoso y Dios, se convierten, es decir es lo mismo. Y lo mismo eres tú, realidad divina heredada y así por eso apuntó Einstein “de lo que estoy seguro es que Dios existe”.

Yo pienso: no soy nada. No se nada, no tengo nada, solo tengo todos los sueños del mundo por eso me gusta la calle. No me crea nada, averígüelo por usted mismo.

Total una vida sin reflexión no vale la pena vivirse.

No hay comentarios: