lunes, 31 de enero de 2011

FILOSOFANDO

POR UNGA

FRANCISCO FLORES AGUIRRE



EL GRAN MISTERIO


Nos cuenta Don Francisco R. Almada en sus Fragmentos Sueltos que había arribado el Padre Piña al mineral de Guazapares en donde debía permanecer varios días dedicado a los asuntos relacionados con el curato de almas. Se llegó el primer domingo y los feligreses de aquella población acudieron presurosos a la misa y a oír el correspondiente sermón del señor cura, llenándose hasta reventar el recito del templo colonial de aquel lugar. Pasó la primera parte de la misa y después de leer el evangelio, el padre se encaminó al púlpito y dio principio a su sermón: “El Evangelio de hoy corresponde al misterio de la Santísima Trinidad, pero como todos ustedes son más ignorantes que los fieles de Chinipas, tengo que explicarles las cosas de manera que manera que me puedan entender, poniéndoles un ejemplo práctico. Supongan ustedes que ahí enfrente de la casa de Cuauhtemoc Legarda está un encino grande y hueco ya por los muchos años. Al pasar cualquiera de ustedes corre una iguana a refugiarse en él; enseguida saca la cabeza por un agujero, después por otro y a continuación por un tercer, volviéndose a esconder dentro del palo hueco. Pues bien, no porque la iguana se asomó por tres agujeros distintos, vayan a creer que son tres iguanas, no es más que una sola. Así es el misterio de la Santísima Trinidad; aunque oigan de Dios Padre, de Dios Hijo y de Dios Espíritu Santo, no vayan a creer que son tres dioses, no es más que uno solo…” y siguió su disertación.

Hoy dirían que si el hombre está hecho a imagen y semejanza de Dios, entonces también el hombre está compuesto de tres partes: cuerpo, alma y espíritu que corresponden a las tres manifestaciones terrenales de un solo Dios.

Total una vida sin reflexión no vale la pena vivirse.

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