martes, 10 de agosto de 2010

La Verdad.

El ser hombre de palabra, parece ser asunto del pasado:
 
Para la más mínima expresión pública o privada ya necesitamos un notario que certifique y avale nuestra verdad.

Afirma Mosterin que Kelsen es uno de los blandos precursores de la democracia relativista.  Kelsen cita el dialogo entre Jesús y Pilatos, en el que Jesús dice: “yo para esto he nacido y para esto he venido al mundo: para dar testimonio a favor de la verdad” y después entrego a la furia irracional “democrática” de la multitud. Como Pilatos no sabía que es verdad, concluye Kelsen, invocó al pueblo pidiéndole que decidiera; y así en una sociedad democrática, al pueblo corresponde decidir, y reina la mutua tolerancia pues nadie sabe que es verdad.

No todos los problemas se resuelven levantando el dedo para pedir lo que se quiere; también se requiere saber lo que se necesita.

Total una vida sin reflexión y amor al trabajo no merece vivirse...... y desde luego...... Salud y larga vida.

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